Royal Oud

Su familia se preocupó, por supuesto, pero no se lo impidieron. Y así, el fuerte y valiente Tobar partió hacia tierras lejanas, donde la madera de agar era más valiosa que el oro. En sus viajes probó muchas profesiones, charló con la gente del lugar sobre la vida, aprendió su idioma y sus costumbres. Vivía una vida de abundancia y se sentía como un rey. Pero al cabo de un tiempo, comenzó a sentir como si le faltara una parte. Como si una parte de sí mismo se hubiera quedado en casa. Echaba de menos a su familia y a menudo se preguntaba cómo estarían sus padres y sus hermanos. ¿Cuánto hacía que no los veía? ¿Ocho años? ¿Tal vez nueve? Antes de dormirse, su cabeza era un hervidero de recuerdos: él y sus hermanos bañándose en el río en verano, los banquetes que celebraban su familia y sus vecinos los días de fiesta, los cantos y los bailes hasta el amanecer, celebrando la vida. Su alma añoraba a todos los que estaban en casa y su corazón le instaba a regresar sin piedad. Tenía que volver con sus seres queridos. No veía la hora de volver a reunirse con ellos. Una vez más, el sonido de las guitarras y los violines llenaría el aire, el barrio resonaría con las alegres canciones.

Al fin Tobar está en casa. Puede oler el suave y familiar aroma de la madera de agar que trae hasta él la suave brisa del atardecer.

¡Valora a tu familia y no te olvides de vivir!